viernes, 18 de noviembre de 2011

Hotel Miramar

Agustina de Zuzuarregui y de Sotto-Clonard nació en Madrid, el 25 de Octubre de 1892, presunta nieta de la Reina Isabel II, perteneció a la aristocracia madrileña y, a través de Fernando de Borbón, conoció a José de Laguno y Cañas, un rico propietario en Cuba, nacido el 27 de julio de 1886 en Baracoa, provincia de Guantánamo, que en 1903 comenzó los estudios de comercio en Boston hasta que llega a España en 1908, para trabajar en el Banco Hispano Americano en Madrid con un sueldo que le permitía vivir muy desahogadamente, tanto que era de los pocos jóvenes que en Madrid tenía una moto, una BSA.

El 5 de mayo de 1916, contraen matrimonio y a primero de octubre de 1927 embarcan hacia Cuba con sus siete hijos para vender las propiedades que allí tenían, dado el escaso rendimiento económico que reportaban las exportaciones a Estados Unidos y movido en parte, por el acertado temor a que una incipiente crisis perjudicase sus negocios. Esta operación salió bien, pues en 1929 se desplomó la economía del mundo, el famoso “crack”. Regresan a España, tocando el puerto de Gijón el 9 de agosto de 1929, a bordo del “York”.
Una vez en España y contrarios a la forma de gobernar en España, son considerados por el Gobierno Civil de Málaga, como "destacados elementos de la derecha", por lo que el 29 de julio de 1933 fueron multados a pagar 500 pesetas, por verter frases injuriosas contra el Gobierno, en un telegrama que enviaron a Madrid.
En esta época Marbella se componía de una sociedad tradicional, con una pequeña supremacía latifundista, población agraria y una baja renta per cápita, que no reunía las condiciones socio-económicas necesarias para que triunfaran las iniciativas turísticas, por lo que aún no contaba con instalaciones orientadas a recibir turistas.
Es en 1933, cuando José de Laguno y su esposa Agustina, con el dinero obtenido de la venta de las propiedades en Cuba, compran sin verla y aconsejado por su cuñado, la huerta San Ramón, donde lleva a cabo el proyecto pionero de construir y poner en marcha un hotel de lujo y confort desconocido hasta entonces en Marbella, el Hotel Miramar, un edificio de nueva planta, organizado en bungalows destinados a una clientela extranjera y pretensión turística, ubicado en los Llanos de San Ramón (parcela que hoy ocupa el edificio Mayoral), junto a la casa que ya había en la huerta y que fue la residencia familiar.
Agustina de Zuzuarregui y sus hijas madrugaban diariamente a las cuatro de la mañana, y sin hacer alarde de su origen aristocrático se ocupaban de lavar y planchar la ropa del hotel. Para el poder adquisitivo de la época era un hotel bastante caro, con cubertería de lujo y comodidades desconocidas hasta entonces en la provincia de Málaga. La tarifa por un baño de agua caliente era de 2,50 pesetas, con agua fría 1,50 pesetas. En el hotel Miramar se ofrecía un menú internacional, con desayuno al precio de 1,50 pesetas, el almuerzo costaba 5,50 pesetas y la cena 6,00 pesetas. También ofrecía garaje al precio de 2,50 pesetas y la pensión completa costaba 15,00 pesetas.
La clientela era tratada con el “traje de los domingos y guantes”, y aunque en el hotel Miramar pernoctaban franceses, suizos, alemanes, estadounidenses y españoles, principalmente eran ingleses, debido a la presencia en Marbella de la compañía minera “The Marbella Iron Ore Co. Ltd.” que desde 1869 hasta 1931 explotó la mina del peñoncillo.
Fue un gran hotel, que ofrecía un trato ameno y familiar, en el que ganaron dinero y prestigio por los servicios que prestaba, pero en 1936, la Guerra Civil truncó el negocio, pasando momentos de angustia, miedo, terror y hambre, debido a que los milicianos republicanos tenían apostados francotiradores con orden de disparar a quien saliera de la finca donde se hallaba el hotel, asediando de esta forma a la familia para que murieran de inanición. El bloqueo de alimentos fue salvado por una parte a la caridad de los pescadores y vecinos de una Marbella que nunca se dedicó a la industria pesquera, los cuales tiraban por encima del muro de la huerta paquetes con sardinas y pan, al grito de “la basura para los fascistas” y por otra parte a un jefe político socialista, que ordenó hábilmente el depósito de sacos de trigo, arroz, garbanzos y lentejas en el hotel Miramar, hasta que se les reclamara y con orden tajante de que no faltara ningún saco, lo que facilitó que se cogieran algunas cantidades.
Permanecieron aislados durante siete meses, aunque en ocasiones recibían la amenazadora visita de los milicianos, debiendo mandar Agustina a sus cuatro hijas mayores esconderse en el pozo, para evitar ser violadas.
Las consecuencias de la Guerra Civil, el estallido de la 2ª Guerra Mundial, la dictadura franquista, la escasez de alimentos, el retroceso del nivel de vida y de la producción industrial, alejan las pequeñas esperanzas puestas en el turismo años atrás en Marbella por José y Agustina, por lo que ante la situación de ruina económica del hotel Miramar, deciden mal venderlo y, trasladarse a vivir con sus once hijos, primero a la calle Madre de Dios 49-51, de Málaga y luego a la calle Pintor Sorolla, 47 de Málaga, donde José es contratado en Bodegas Mata, por un salario de 400,00 pesetas mensuales, como encargado de la Corresponsalía de Extranjeros y bajo las órdenes de un Jefe cuando jamás tuvo ninguno.
José de Laguno y Cañas falleció en su domicilio, el 4 de noviembre de 1958, a causa de una enfermedad de corazón (estenosis mitral), enterrado primeramente en el cementerio de San Miguel, sus restos fueron posteriormente trasladados al cementerio de Los Asperones, junto a los de su esposa Agustina de Zuzuarregui y de Sotto-Clonard, fallecida en su domicilio, en 1988 a los 96 años, de un edema pulmonar agudo.
En 2001 el grupo hotelero Fuertehoteles, abrió un hotel de ciudad, en la parcela contigua denominándolo en homenaje, hotel Fuerte Miramar.

Agustina de Zuzuarregui y de Sotto-Clonard

José de Laguno y Cañas
 Comedor del Hotel Miramar orientado al mar.

En torno al año 1960
Vista del puerto de Marbella desde el Hotel Miramar.
Al fondo se pueden observar las vagonetas colgando del cable
que traían el mineral desde la mina para ser embarcado.

En torno al año 1960
Acceso a la finca del Hotel Miramar desde la carretera general,
actual Avenida Severo Ochoa.

Palomar en el interior de la parcela del Hotel Miramar. 

Año 1963
Fachada sur del Hotel Miramar.
Lugar que hoy ocupa el edificio Mayoral y la Clínica Ochoa. 

En torno al año 1967
Vista aérea del Hotel Miramar.


jueves, 10 de noviembre de 2011

Hotel Marbella Club

A principios del siglo XIX, a tres kilómetros a poniente de la Ciudad, en el partido de “La Campiña” del pago de “Guadapín”, se encontraba el Cortijo de Quiñones, propiedad del Alférez Francisco Vigil de Quiñones y Avilés. Sus retribuciones eran escasas y tardías por lo que en 1818 hipotecó el cortijo.

El 12 de mayo de 1877 vende la hacienda y el inmueble al vecino de Marbella Andrés López Urbano, que a su vez segrega una parte de “dieciséis fanegas de cabida”, (9 hectáreas), situada entre la actual carretera y la playa, para venderla en 1891 al vecino de Fuengirola Francisco Claros Postigo, por la cantidad de tres mil pesetas.

Esta nueva finca, tenía una plantación de veintitrés mil cepas de viña moscatel, y una casa de obra y teja, de planta baja con habitaciones, horno, lagar, cuadras, pajar y pozo. Poco más de un año después, la finca es permutada por el aliciente que presentaba la producción vitivinícola de la hacienda, al rondeño pero vecino de Marbella Juan Hinestrosa Pedrosa, por una cuarta parte de la fina “Casa-blanca” y de otra cuarta parte de otra finca colindante.

La crisis económica de finales del siglo XIX, unida a la enfermedad producida por la filoxera en las vides, obligan en 1895 a hipotecar de nuevo la finca a favor de Manuel Martínez Sánchez, veterinario e industrial en Marbella, y en 1900 una segunda hipoteca a favor del sevillano Filomeno Astolfi y Pinto. En ambos casos y ante la desconfianza en el sistema financiero, no se admitía el pago con papel moneda, por lo que la devolución de las cantidades prestadas habría de devolverse en monedas de oro o plata legales, acuñadas en España. Los prestatarios, conocedores de los apuros por los que estaría pasando Hinestrosa dieron margen para la devolución de los préstamos, como se deduce del contrato de arrendamiento que firman el 25 de mayo de 1901, Hinestrosa y el veterinario Manuel Martínez, por cinco años, comprometiéndose Hinestrosa a cultivar las viñas que en ese momento no estaban en producción, con la “…diligencia de un buen padre de familia…” y “…a uso de buen viñero…”. Como dato curioso, aparece en el contrato que la carretera de Málaga a Cádiz se encontraba en construcción. Finalmente Juan Hinestrosa Pedrosa no pudo hacer frente a los pagos y el 7 de noviembre de 1902 el veterinario Martínez lo demandó por impago. Un año más tarde Martínez adquiere la hipoteca de Filomeno Astolfi y en 1904 se hizo con la propiedad como pago de las deudas de Hinestrosa. Los devastados viñedos fueron sustituidos por olivos e higueras.

El veterinario Manuel Martínez Sánchez casado con Primitiva Ruiz García, tenían seis hijos, el primero Manuel, religioso que renunció a la herencia por su voto de pobreza; el segundo, Antonio, era teniente coronel destinado en Valencia; la tercera, Margarita, era viuda, la cuarta hija llamada Primitiva, falleció en 1942 soltera. La penúltima de nombre Mª del Valle, estaba casada con Manuel Sánchez Bañols, “Torrero de Faro”, en el faro de Calaburras de Mijas. Y la última, Juana, también soltera.

En el año 1941, a la muerte de sus padres y al inscribir la herencia, la finca aparece con el nombre de “Santa Margarita”.

El 16 de junio de 1946, Alfonso Maximiliano Hohenlohe Iturbe, hijo del príncipe Maximilian von Hohenlohe Langenburg, llegado a Marbella de la mano del marqués de Ivanrey Ricardo Soriano Scholtz, compró a los hermanos Martínez Ruiz la hacienda “Santa Margarita” por la cantidad declarada de 50.000 pesetas (300 euros), para establecer la residencia familiar.

El número de invitados que recibía en la finca, sumado a las necesidades de alojamiento de un incipiente turismo en la costa, impulsó al príncipe Alfonso de Hohenlohe a realizar una pequeña remodelación del cortijo de la finca, dotándolo de salón, bar, comedor, jardín, pista de tenis y una piscina en la antigua alberca, abriendo sus puertas como centro de residentes en el verano de 1953 y tras la construcción en 1954 de las 18 primeras habitaciones, se inaugura el Marbella Club Hotel, un exclusivo club de 5 estrellas de arquitectura integrada en el entorno, ejemplo de construcción y con cierta similitud a los moteles estadounidenses.

Los primeros clientes fueron unos franceses que regresaban desde sus propiedades del norte de África hacia Francia, con la intención de pasar una noche que se convirtieron en tres semanas. Luego llegaron los ingleses, algunos residentes en Gibraltar, que pagaban su estancia en whisky, y el hotel se llenó de buenos y grandes coches que no eran del notario, ni del farmacéutico, ni del hacendado Norberto Goizueta, sino de gentes adineradas, atraídas por una vida tranquila y sencilla, dispuestas a pagar en 1957 por una habitación con comida incluida la cantidad de 285 pesetas.

Actualmente está acreditado en la prestigiosa organización que representa a los mejores hoteles de lujo del mundo “Leading Hotels of the World”.

Año 1952

Año 1952 

Año 1954-55
El Sr. Ramos cambiando una letra del cartel luminoso
en la portada del Hotel Marbella Club, su esposa le da unos alicates
y junto a ellos está "paquitino" en aquella época botones.

Año 1955
El príncipe Alfonso de Hohenlohe con 31 años y
la princesa Virginia Carolina Theresa Pancrazia Galdina de Fürstenberg con 15 años.
Contrajeron matrimonio el 15 de septiembre de 1955. 


En torno al año 1953
Construcción de la torre. 

En torno al año 1961
Construcción de la piscina de la playa.  

En torno al año 1961
Construcción de la piscina de la playa. 

En torno al año 1961
"La piscina abrirá el sábado, por favor no bañarse hoy. ...test de equipo".

En torno al año 1961 

En torno al año 1961 








En torno al año 1961 




En torno al año 1961 

En torno al año 1961 

En torno al año 1961 

En torno al año 1961 

En torno al año 1961 

En torno al año 1961

En torno al año 1961 






Año 1962 

Año 1962  

Año 1962  

Año 1962  

En torno al año 1966 

Año 1967 

Año 1967 

En torno al año 1970 

Año 1970 


En torno al año 1970 

En torno al año 1970  


Año 1972 

Año 1975 

Año 1990 

Año 1990 

Año 1991 

 Año 1992
Inundación producida por la rotura de la tubería perteneciente
a la red general de abastecimiento de agua.

Año 2000 

Año 2008
Finca Santa Margarita.