A principios del siglo XIX, a tres kilómetros a poniente de la Ciudad, en el partido de “La Campiña” del pago de “Guadapín”, se encontraba el Cortijo de Quiñones, propiedad del Alférez Francisco Vigil de Quiñones y Avilés. Sus retribuciones eran escasas y tardías por lo que en 1818 hipotecó el cortijo.
El 12 de mayo de 1877 vende la hacienda y el inmueble al vecino de Marbella Andrés López Urbano, que a su vez segrega una parte de “dieciséis fanegas de cabida”, (9 hectáreas), situada entre la actual carretera y la playa, para venderla en 1891 al vecino de Fuengirola Francisco Claros Postigo, por la cantidad de tres mil pesetas.
Esta nueva finca, tenía una plantación de veintitrés mil cepas de viña moscatel, y una casa de obra y teja, de planta baja con habitaciones, horno, lagar, cuadras, pajar y pozo. Poco más de un año después, la finca es permutada por el aliciente que presentaba la producción vitivinícola de la hacienda, al rondeño pero vecino de Marbella Juan Hinestrosa Pedrosa, por una cuarta parte de la fina “Casa-blanca” y de otra cuarta parte de otra finca colindante.
La crisis económica de finales del siglo XIX, unida a la enfermedad producida por la filoxera en las vides, obligan en 1895 a hipotecar de nuevo la finca a favor de Manuel Martínez Sánchez, veterinario e industrial en Marbella, y en 1900 una segunda hipoteca a favor del sevillano Filomeno Astolfi y Pinto. En ambos casos y ante la desconfianza en el sistema financiero, no se admitía el pago con papel moneda, por lo que la devolución de las cantidades prestadas habría de devolverse en monedas de oro o plata legales, acuñadas en España. Los prestatarios, conocedores de los apuros por los que estaría pasando Hinestrosa dieron margen para la devolución de los préstamos, como se deduce del contrato de arrendamiento que firman el 25 de mayo de 1901, Hinestrosa y el veterinario Manuel Martínez, por cinco años, comprometiéndose Hinestrosa a cultivar las viñas que en ese momento no estaban en producción, con la “…diligencia de un buen padre de familia…” y “…a uso de buen viñero…”. Como dato curioso, aparece en el contrato que la carretera de Málaga a Cádiz se encontraba en construcción. Finalmente Juan Hinestrosa Pedrosa no pudo hacer frente a los pagos y el 7 de noviembre de 1902 el veterinario Martínez lo demandó por impago. Un año más tarde Martínez adquiere la hipoteca de Filomeno Astolfi y en 1904 se hizo con la propiedad como pago de las deudas de Hinestrosa. Los devastados viñedos fueron sustituidos por olivos e higueras.
El veterinario Manuel Martínez Sánchez casado con Primitiva Ruiz García, tenían seis hijos, el primero Manuel, religioso que renunció a la herencia por su voto de pobreza; el segundo, Antonio, era teniente coronel destinado en Valencia; la tercera, Margarita, era viuda, la cuarta hija llamada Primitiva, falleció en 1942 soltera. La penúltima de nombre Mª del Valle, estaba casada con Manuel Sánchez Bañols, “Torrero de Faro”, en el faro de Calaburras de Mijas. Y la última, Juana, también soltera.
En el año 1941, a la muerte de sus padres y al inscribir la herencia, la finca aparece con el nombre de “Santa Margarita”.
El 16 de junio de 1946, Alfonso Maximiliano Hohenlohe Iturbe, hijo del príncipe Maximilian von Hohenlohe Langenburg, llegado a Marbella de la mano del marqués de Ivanrey Ricardo Soriano Scholtz, compró a los hermanos Martínez Ruiz la hacienda “Santa Margarita” por la cantidad declarada de 50.000 pesetas (300 euros), para establecer la residencia familiar.
El número de invitados que recibía en la finca, sumado a las necesidades de alojamiento de un incipiente turismo en la costa, impulsó al príncipe Alfonso de Hohenlohe a realizar una pequeña remodelación del cortijo de la finca, dotándolo de salón, bar, comedor, jardín, pista de tenis y una piscina en la antigua alberca, abriendo sus puertas como centro de residentes en el verano de 1953 y tras la construcción en 1954 de las 18 primeras habitaciones, se inaugura el Marbella Club Hotel, un exclusivo club de 5 estrellas de arquitectura integrada en el entorno, ejemplo de construcción y con cierta similitud a los moteles estadounidenses.
Los primeros clientes fueron unos franceses que regresaban desde sus propiedades del norte de África hacia Francia, con la intención de pasar una noche que se convirtieron en tres semanas. Luego llegaron los ingleses, algunos residentes en Gibraltar, que pagaban su estancia en whisky, y el hotel se llenó de buenos y grandes coches que no eran del notario, ni del farmacéutico, ni del hacendado Norberto Goizueta, sino de gentes adineradas, atraídas por una vida tranquila y sencilla, dispuestas a pagar en 1957 por una habitación con comida incluida la cantidad de 285 pesetas.
Año 1952
Año 1952
Año 1954-55
Año 1955
El príncipe Alfonso de Hohenlohe con 31 años y
la princesa Virginia Carolina Theresa Pancrazia Galdina de Fürstenberg con 15 años.
Contrajeron matrimonio el 15 de septiembre de 1955.
En torno al año 1953
Construcción de la torre.
En torno al año 1961
Construcción de la piscina de la playa.
En torno al año 1961
Construcción de la piscina de la playa.
En torno al año 1961
"La piscina abrirá el sábado, por favor no bañarse hoy. ...test de equipo".
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
En torno al año 1961
Año 1962
Año 1962
Año 1962
Año 1962
En torno al año 1966
Año 1967
Año 1967
En torno al año 1970
Año 1970
En torno al año 1970
En torno al año 1970
Año 1972
Año 1975
Año 1990
Año 1990
Año 1991
Año 1992
Inundación producida por la rotura de la tubería perteneciente
a la red general de abastecimiento de agua.
Año 2000
Año 2008
Finca Santa Margarita.
MAS QUE BUENO...EXTRAORDINARIO.
ResponderEliminarGracias. Todas suyas.
ResponderEliminarAlucinante como pasa el tiempo. A propósito, la detección de la fuga inicial antes de la rotura total la encontramos un compañero y yo estando de trabajo... cuando se rompió definitivamente la tubería, por poco nos manda por el aire al patrol y a mi dentro.
ResponderEliminarFantástico blog, mis padres trabajaron en el Hotel Marbella Club en sus comienzos, desde 1953 hasta finales de 1960, algún tiempo después, mi padre, pasó al Hotel Las Chapas hasta su jubilación, y estas fotos les han traído gratos recuerdos, me han comentado algunos datos, que con tu permiso, los voy a incluir.
ResponderEliminarLa primera foto puede ser la casa vieja, que posteriormente fue el salón, comedor y bar, y junto a ella, a la derecha, se construyó "la torre" una habitación para los huéspedes, con el suelo de corcho y un pequeño lavabo, en la parte superior se instaló el depósito de agua.
En la imagen numero 20 aparece Salvador Aguilar, barman, era uno de los pocos trabajadores que hablaba francés.
La perdiz, de decoración, que está de bajo de los apliques en la pared, la realizó "pepito" un decorador que vino a trabajar para la apertura del hotel.
Gracias
Ángel, muchas gracias por la aportación de nuevos datos; uno de los objetivos de este blog es precisamente ese, para que a través de conocimientos propios, experiecias, detalles y anécdotas, podamos conocer un poco más y mejor nuestra tierra. Para ver el futuro y entender el presente, tenemos que mirar al pasado. Saludos.
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