Esta calle que transcurre desde la Plaza José Palomo, (antigua plaza de la Verdura) hasta la plaza África; fue llamada durante la dictadura como calle González Badía (Saturnino González Badía tomó parte activa en la sublevación y fue Jefe de la Casa Militar de Franco, fallecido en enero de 1956, en la finca La Torrecilla. Marbella). Ya en democracia pasó a llamarse calle Alameda, aunque finalmente en 2008, en muestra de gratitud al que fue párroco de la iglesia de La Encarnación durante 32 años, pasó a llamarse calle Padre Francisco Echamendi.
Año 1968
A mi no me parece de recibo que un personaje con más sombras que luces tenga dedicada una de las calles más importantes de Marbella.
ResponderEliminarEn esta ciudad han nacido personajes históricos mucho más importantes que este sacerdote vasco, y con una destacada participación en la construcción de España, e incluso Occidente, que han sido tradicionalmente olvidados por las fuerzas vivas de Marbella.
¿Cómo es posible, por ejemplo, que un héroe en Lepanto (una batalla de la misma importancia política e histórica que Normandia frente a los nazis en 1944), e hijo de Marbella, como lo fue el capitán de Infantería de Marina Andrés Becerra (participó en el rescate la galera de D. Juan de Austria y capturó la bandera enemiga del almirante que comandó la flota otomana) no tenga dedicada en su ciudad natal una calle, plaza o vial de la mayor importancia?.
Le damos más mérito a la gente de fuera que a los nacidos aquí, y como marbellero me produce mucha tristeza comprobar que los mejores viales están dedicados a gente extranjera de nombres impronunciables por la boca de un andaluz.
Estoy completamente de acuerdo con el comentario. Francisco Echamendi,a pesar de los muchos"amigos" que pueda tener, como párroco ha vivido al margen de la realidad social de Marbella.Jamás ha estado al lado dela clase social más necesitada y desfavorecida.La veces que sele ha ido a buscar siempre ha rechazado posicionarse a favor de aquellos que realmente lo ha necesitado.
ResponderEliminarHa sido un cura que ha vivido de cara a la galería y siempre en los festejos de guitarra, pandereta y otros. Jamás se ha implicado en buscar soluciones a la demanda de los más necesitados.
Como marbellero echo de menos a D.Manuel, un profundo cristiano; vivió como tal y siempre tuvo presente las necesidades de una juventud que crecía sin oportunidades.